Los incendios en Los Ángeles, impulsados por vientos de Santa Ana y una sequía histórica, han devastado áreas boscosas y vecindarios de celebridades. Más de 27,000 evacuados y 38 casas destruidas, mientras que las autoridades luchan contra unas llamas impredecibles. Se requiere una urgente revisión de las políticas urbanas.[Collection]
Incendios en Los Ángeles: causas y efectos devastadores
Los Ángeles enfrenta una de las peores temporadas de incendios forestales de los últimos años, azotando no solo vastas áreas boscosas sino también lujosos vecindarios donde residen numerosas celebridades. La combinación de vientos intensos, una sequía histórica y características específicas de las construcciones en la región ha contribuido a que la ciudad sea escenario de una catástrofe natural sin precedentes.
Factores climáticos agravantes
El factor primordial detrás de estos incendios es el fenómeno conocido como “vientos de Santa Ana”. Estas ráfagas calientes y secas alcanzan velocidades superiores a los 80 kilómetros por hora, alimentando las llamas y dificultando la labor de los bomberos. Según el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos, estos vientos alcanzaron su punto álgido entre el 9 y el 11 de enero de 2025.
A ello se suma la grave sequía que afecta a California. La región ha registrado precipitaciones anuales un 40% por debajo del promedio en los últimos tres años, lo que ha dejado la vegetación extremadamente seca y, por ende, más susceptible de arder. “Nos enfrentamos a una tormenta perfecta de factores climáticos y ambientales”, explicó Daniel Swain, climatólogo de la Universidad de California, en declaraciones recientes.
El papel de la urbanización y las construcciones
El rápido desarrollo urbano en zonas próximas a áreas forestales ha incrementado significativamente el riesgo de incendios en Los Ángeles. Muchas viviendas en barrios exclusivos como Malibu, Calabasas y Beverly Hills están construidas con materiales inflamables, y su cercanía a laderas rodeadas de vegetación las convierte en blancos vulnerables.
Además, algunos expertos han señalado que la falta de cumplimiento estricto de los códigos de construcción en ciertas áreas contribuye a agravar los daños. Por ejemplo, en numerosas residencias aún no se implementan estrategias de mitigación, como zonas de defensa contra incendios (limpieza de la vegetación a varias decenas de metros de las construcciones). “El diseño de algunas propiedades no está preparado para afrontar incendios de alta intensidad como los que estamos viendo”, advirtió la arquitecta ecológica Susan Miller.
Impacto en la población y las celebridades
La devastación no ha discriminado. Afecta a miles de residentes comunes y también a destacados nombres de Hollywood. En las últimas horas, las mansiones de celebridades como la cantante Beyoncé, el actor Leonardo DiCaprio y el magnate cinematográfico Steven Spielberg han estado bajo amenaza directa.
Ejemplo de este riesgo fue lo sucedido en Pacific Palisades, donde se consumieron dos propiedades de alto valor pertenecientes a figuras públicas. Según reportes locales, algunas estrellas como Kim Kardashian y Dwayne Johnson contrataron equipos privados contra incendios para proteger sus viviendas. Sin embargo, no todos han tenido esa posibilidad, y muchos han evacuado dejando a su suerte sus propiedades.
En cifras, más de 27,000 personas han sido evacuadas hasta el 12 de enero y al menos 38 casas han sido destruidas, según el Departamento de Bomberos de Los Ángeles. Mientras tanto, la calidad del aire en diferentes áreas del condado se ha catalogado como “muy perjudicial para la salud”, afectando especialmente a los grupos más vulnerables, como niños y ancianos.
Esfuerzos para combatir la catástrofe
Las autoridades locales trabajan a contrarreloj para contener las llamas que han consumido más de 15,000 hectáreas. Más de 2,500 bomberos han sido desplegados, junto con decenas de unidades aéreas que realizan descargas de agua y retardantes químicos.
No obstante, el poder destructivo del fuego, impulsado por los vientos de Santa Ana, supera los esfuerzos. En entrevistas recientes, varios bomberos han calificado a los incendios actuales como “impredecibles” y “devastadores”. Los equipos enfrentan no solo la rapidez de propagación, sino también temperaturas superiores a los 35 grados centígrados que agotan los recursos humanos.
Perspectivas futuras
El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el 10 de enero el estado de emergencia para ayudar a movilizar recursos federales y facilitar la evacuación de las áreas en peligro. Mientras tanto, las autoridades instan a los residentes a mantenerse alerta y a cumplir fielmente con las órdenes de desalojo.
Los expertos advierten que los incendios forestales en la región, cada vez más frecuentes e intensos, podrían convertirse en eventos regulares debido al cambio climático. Esto ha puesto sobre la mesa la urgente necesidad de implementar políticas más estrictas de planificación urbana y medidas públicas para abordar los factores medioambientales agravantes.
Para seguir informándose sobre esta emergencia en Los Ángeles, puede consultar la fuente original en el siguiente enlace: ELMUNDO.