Javier Milei anunció un fondo de 200 mil millones de pesos para Bahía Blanca, en medio de una disputa política con el gobernador Kicillof. La ayuda se gestionará sin intermediarios, destacando diferencias en la respuesta a la crisis. Este episodio intensifica la tensión entre el Gobierno nacional y la provincia.“`html
Javier Milei anuncia un fondo de 200 mil millones para Bahía Blanca en medio de la disputa con Kicillof
El presidente Javier Milei anunció la creación de un fondo de emergencia de 200 mil millones de pesos para asistir a los damnificados por el temporal que azotó Bahía Blanca. El anuncio llega tras su visita a la ciudad y en medio de una fuerte puja con el gobernador Axel Kicillof, a quien acusó de utilizar políticamente la tragedia.
La decisión del Gobierno nacional se presenta como una muestra de poder y gestión en un escenario donde la provincia de Buenos Aires sigue siendo un campo de batalla político clave. En un comunicado oficial, la Casa Rosada enfatizó que los recursos serán distribuidos “de manera directa, proporcional y sin intermediarios”, una frase que, leída entre líneas, es un golpe directo a la administración de Kicillof y su manejo de la crisis.
El contrapunto se da en un momento sensible. Kicillof había estimado que la reconstrucción de Bahía Blanca demandaría al menos 400 mil millones de pesos, mientras el gobierno nacional ya había enviado una primera partida de 10 mil millones. Ahora, con este nuevo fondo, la administración libertaria busca dejar en evidencia que la respuesta del Ejecutivo nacional cuadruplica los fondos destinados por la provincia, marcando diferencias tanto en recursos como en el manejo de la situación.
Pero el trasfondo es mucho más que números. Milei no perdió la oportunidad para golpear donde más duele. Acusó directamente a Kicillof de usar políticamente “el dolor de los bonaerenses”, asegurando que su actitud responde a una estrategia electoral anticipada. Desde la gobernación, por ahora, prefieren evitar la confrontación directa, aunque en el entorno del gobernador evalúan responder con una ofensiva discursiva que lo desvincule de cualquier maniobra partidaria.
El fondo de emergencia será administrado por la Agencia Federal de Emergencia, bajo el ala del Ministerio de Seguridad liderado por Patricia Bullrich. Fuentes de Balcarce 50 remarcan que la decisión de canalizar los fondos a través de un organismo nacional responde a la intención de garantizar que la ayuda llegue a los afectados sin interferencias políticas. En otras palabras, el Gobierno busca asegurarse el crédito de la asistencia sin dejar espacios para intermediaciones provinciales o municipales que se atribuyan logros.
El equilibrio fiscal, uno de los caballos de batalla del modelo económico libertario, también entró en escena. Según la Oficina del Presidente, este fondo es posible precisamente por la política de ajuste y recorte del gasto que viene sosteniendo la administración. “Es el resultado del esfuerzo que vienen haciendo los argentinos”, remarcaron en un claro intento de reforzar el discurso de Milei sobre la necesidad de recortar en otros sectores para atender emergencias reales.
Más allá de la asistencia inmediata, este episodio vuelve a recalentar la disputa entre la Nación y la provincia de Buenos Aires. Kicillof se ha posicionado como uno de los principales opositores de Milei y, de hecho, su estrategia política lo ha convertido en un referente en la resistencia al ajuste libertario. Desde la Casa de Gobierno bonaerense sostienen que la falta de ayuda nacional había sido una de las principales preocupaciones post temporal, pero con este nuevo fondo la administración Milei neutraliza parte de esos cuestionamientos.
El enfrentamiento, lejos de apagarse, promete más capítulos. Mientras el Gobierno nacional refuerza su discurso de asistencia sin prebendas políticas, la Provincia deberá reacomodar su argumentación para no quedar como el actor que quedó relegado en la administración de la crisis. En tiempos de alta tensión política y con la carrera electoral provincial en el horizonte, los movimientos de cada actor no se limitan a la ayuda para Bahía Blanca. Se juegan posicionamientos, discursos y futuras alianzas. El temporal dejó estragos en la ciudad, pero en los despachos del poder, la tormenta recién empieza.
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