Javier Milei enfrenta desafíos cruciales en su gestión hacia 2025, buscando un acuerdo con el FMI para estabilizar reservas e impulsar la economía. Sin embargo, enfrenta tensiones políticas con su vicepresidenta, Victoria Villarruel, quien expresa dudas sobre las políticas implementadas y la necesidad de un consenso sobre estas decisiones.[Collection]
Javier Milei y la búsqueda de un acuerdo clave con el FMI
La gestión de Javier Milei enfrenta días cruciales en su intento por redefinir una política económica marcada por desequilibrios históricos. La Casa Rosada enfoca ahora sus esfuerzos en alcanzar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que permita aliviar las tensiones cambiarias, sostener las reservas internacionales y avanzar en el objetivo declarado de eliminar el “cepo” cambiario antes de finalizar su mandato. Este compromiso se ha planteado como una de las prioridades de la agenda económica del gobierno desde su asunción en diciembre de 2023.
Desafíos con las reservas internacionales y el cepo
La búsqueda de estabilidad cambiaria está intrínsecamente vinculada al fortalecimiento de las reservas internacionales, que han alcanzado niveles críticos. Según fuentes cercanas al Ministerio de Economía, liderado por Emilio Ocampo, el acuerdo con el FMI incluirá la flexibilización de ciertas metas fiscales impuestas por el programa Stand-By del organismo, incluyendo una revisión de los plazos para alcanzar el equilibrio fiscal primario.
El gobierno considera que liberar las restricciones cambiarias es esencial para restaurar la confianza de los inversores. Sin embargo, economistas advirtieron que una salida apresurada del “cepo” podría generar un impacto inflacionario significativo. Es por ello que las negociaciones con el FMI se centran en asegurar un respaldo financiero que permita soportar esa transición y contener posibles desequilibrios.
El impacto político: las tensiones con Villarruel
En el plano político, la relación entre Javier Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, ha estado marcada por una serie de divergencias que se manifestaron públicamente en los últimos meses. La vicepresidenta, conocida por su postura crítica hacia algunas decisiones económicas, ha evitado expresar un apoyo explícito a las medidas más ambiciosas promovidas por el presidente.
Las diferencias llegaron a un punto crítico recientemente, cuando Villarruel cuestionó en privado las posibilidades de éxito de un ajuste ortodoxo sin un amplio respaldo político. Según allegados a la vicepresidenta, “el acuerdo con el FMI debe ser transparente y consensuado para evitar deslegitimar las instituciones democráticas”. Aunque desde el entorno presidencial intentaron bajar el tono de las declaraciones, las divergencias internas dentro del espacio libertario han generado incertidumbre sobre la cohesión del oficialismo.
Prioridades económicas de la actual administración
La administración de Javier Milei ha fijado tres objetivos económicos centrales para el 2025: lograr un menor peso del Estado en la economía, estabilizar los precios internos y buscar una integración más profunda con los mercados internacionales. Para ello, el Plan Económico Libertario, diseñado por el equipo encabezado por Darío Epstein y Emilio Ocampo, contempla reformas impositivas y la eliminación de barreras burocráticas como puntos clave.
En el plano presupuestario, el gobierno avanza en recortes al gasto público, aunque estas medidas enfrentan resistencia en sectores sindicales y organizaciones sociales. En paralelo, se evalúan negociaciones con socios estratégicos en el sector privado para garantizar inversiones que reactiven áreas clave como energía y tecnología, consideradas como pivotes fundamentales para el crecimiento económico a mediano plazo.
La mirada internacional y el peso del FMI
El vínculo de la Argentina con el FMI ha sido históricamente complejo, y bajo la administración de Javier Milei, los desafíos no son menores. En su discurso reciente frente a empresarios, el presidente resaltó: “Nuestra prioridad es terminar con décadas de estancamiento y pobreza, pero eso requiere de coraje y de acuerdos que beneficien a nuestro pueblo”. Desde Washington, los técnicos del FMI han insistido en la necesidad de mayor consolidación fiscal como condición para el desembolso de nuevos fondos.
La comunidad internacional observa con atención los movimientos de la Casa Rosada para encarar sus compromisos financieros. En particular, la administración de Milei busca afianzar relaciones con potencias económicas como Estados Unidos y Brasil, mientras explora nuevos mercados en Asia y Europa del Este para diversificar las exportaciones argentinas.
El delicado equilibrio entre economía y política
La combinación de una situación económica delicada y tensiones internas plantea un escenario complejo para el gobierno. El carácter disruptivo de las políticas de Milei contrasta con los enfoques más tradicionales que encarna Victoria Villarruel, quien ha manifestado reservas sobre la viabilidad de algunas de las metas anunciadas por el Ejecutivo. No obstante, ambos coinciden en el diagnóstico sobre la necesidad de abandonar el populismo económico que dominó las décadas pasadas.
Aun así, el desafío más importante para la gestión de Javier Milei radicará en consolidar su narrativa económica en un contexto social marcado por la fragmentación política y una inflación que sigue siendo el principal flagelo para el bolsillo de los argentinos.
Fuente: Página|12