El proyecto “Viva la Libertad”, impulsado por Hayden Davis, fue suspendido tras controversias sobre su financiamiento y falta de regulaciones. A pesar de sus defensas, el vínculo con el presidente Milei generó desconfianza. Davis planea reformular la iniciativa, pero el futuro del token sigue incierto en un entorno cripto cuestionado.
Un plan trunco tras la controversia
El proyecto “Viva la Libertad”, iniciativa impulsada por Hayden Davis, quedó en el centro de la polémica luego de que se desataran cuestionamientos sobre la naturaleza y el financiamiento del token asociado. Davis, quien se autodefine como asesor del actual presidente Javier Milei, había impulsado la creación de este criptoactivo con el objetivo, según sus palabras, de brindar una herramienta “alineada con las ideas de la libertad económica”.
El lanzamiento estaba previsto para ejecutarse en el marco de un ecosistema digital que permitiría a los adherentes participar en diversas actividades ligadas a la comunidad libertaria. No obstante, la falta de detalles concretos sobre la operatoria y el destino de los fondos encendió alarmas en distintos sectores políticos y financieros, lo que llevó a la suspensión del proyecto antes de su implementación.
La reacción negativa fue inmediata, tanto desde el ámbito gubernamental como de especialistas en criptomonedas, quienes señalaron que el token no contaba con una regulación clara ni con garantías de funcionamiento transparente. Paralelamente, el propio entorno de Milei se despegó de la iniciativa, evidenciando distancia con Davis y minimizando el alcance de su rol como asesor.
El argumento de Hayden Davis
Tras la abrupta suspensión del proyecto, Davis salió a defender su iniciativa y aseguró que el plan tenía como finalidad establecer una nueva vía de financiamiento para la expansión de ideas libertarias. A su vez, afirmó que los cuestionamientos en torno a la viabilidad del token responden a “una falta de comprensión sobre el modelo de descentralización financiero”.
“Esto no era un esquema especulativo ni un intento de recaudar fondos con fines oscuros”, sostuvo Davis en declaraciones recientes. Argumentó que la iniciativa no pretendía generar compromisos financieros para sus adherentes, sino ofrecer una herramienta de intercambio valorada dentro de una comunidad con ideales afines al libre mercado.
Pese a sus explicaciones, su vínculo con la imagen de Milei generó dudas y obligó a diversas aclaraciones por parte del gobierno. Voceros oficiales dejaron en claro que no existía relación formal entre el Ejecutivo y la propuesta de Davis, algo que terminó de confirmar la falta de respaldo político al proyecto.
Incertidumbre sobre el futuro del token
Con el proyecto suspendido, el futuro del token “Viva la Libertad” es incierto. A pesar de la controversia, Davis afirmó que el plan no está completamente descartado y que buscará maneras de reformularlo para lograr mayor aceptación. “Estamos analizando una estructura más clara y segura para evitar malos entendidos”, aseguró el impulsor de la iniciativa.
La viabilidad del token dependerá, en gran medida, de su capacidad de adecuarse a normativas existentes y del respaldo que pueda obtener dentro de la comunidad cripto. Sin embargo, especialistas advierten que el daño reputacional producto de la polémica inicial podría dificultar su reactivación en el corto plazo.
Mientras tanto, el episodio sirve como precedente en el debate sobre las criptomonedas vinculadas a figuras políticas y sus riesgos asociados. La falta de regulación en estos activos sigue siendo un punto clave en el análisis de proyectos similares, en un contexto donde el ecosistema financiero avanza hacia modelos más descentralizados pero aún carece de marcos de control concretos.