En estos días, en esta Argentina tan compleja, se ha puesto en discusión el sistema electoral: el tipo de boleta (única o sábana), la realización o no de las PASO, elecciones concurrentes o separadas, entre otros aspectos.
Por supuesto, esta discusión está muy lejos de las verdaderas necesidades de la población, que está más preocupada por resolver sus problemas económicos y sociales cotidianos que por cuestiones que perciben como alejadas, atractivas solo para “políticos” y sus intereses.
La ciudadanía observa con desconcierto cómo se debaten estrategias, tácticas, chicanas, golpes bajos, violencias simbólicas y físicas, además de operaciones mediáticas y la difusión de noticias falsas sobre nombres propios.
Aun asi, dejando estas salvedades de lado, queremos centrarnos precisamente en el debate electoral y proponer, desde nuestra perspectiva, la mejor resolución para la Provincia de Buenos Aires, más allá de las conveniencias políticas de la dirigencia actual o futura.
La representación y el desafío bonaerense
La Constitución Nacional sabiamente establece que “el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes”. Es cierto que un sistema asambleario sería inviable en un país de 46 millones de habitantes, de los cuales 18 millones residen en la Provincia de Buenos Aires. Por ello, un sistema equilibrado de representación es crucial.
Sin embargo, la dinámica actual ha generado un distanciamiento entre representantes y representados. Muchas decisiones parecen responder más a intereses personales o de grupo que al bienestar colectivo. Esta desconexión ha profundizado el descreimiento en la política, alimentando lo que se conoce como insatisfacción democrática.
Este fenómeno ha sido terreno fértil para discursos rupturistas que critican al sistema político y estatal, apelando a emociones como el odio y el rencor. En este contexto, figuras disruptivas, muchas veces sin trayectoria política, han logrado captar el apoyo ciudadano con mensajes simplistas y grandilocuentes.
La necesidad de elecciones separadas
Para que la Provincia de Buenos Aires recupere plenamente su autonomía política, resulta imprescindible que se lleven a cabo elecciones separadas de las nacionales. Esta medida permitiría que los bonaerenses se concentren en sus propios desafíos y prioridades, evitando que las dinámicas y debates nacionales eclipsen las necesidades locales. Además, reforzaría el protagonismo de los liderazgos provinciales, obligándolos a rendir cuentas directamente a los ciudadanos de su jurisdicción.
Aprendiendo del contexto global
La Provincia de Buenos Aires no está sola en esta encrucijada. Otras democracias han enfrentado desafíos similares, y estudiar sus experiencias puede ser útil. Países como Alemania y Canadá han adoptado sistemas electorales mixtos, combinando representación proporcional y unipersonal, para equilibrar mejor la representación territorial y política.
Por ejemplo, en Alemania, cada ciudadano emite dos votos: uno para un representante directo de su distrito y otro para una lista partidaria, lo que permite una representación más fiel a las preferencias del electorado. En Canadá, la discusión sobre la introducción de un sistema proporcional ha cobrado fuerza para contrarrestar las distorsiones de los sistemas mayoritarios.
Por supuesto no pretendemos aqui cerrar un debate sino todo lo contrario abrirlo a una gran discusion que luego se plasme en una reforma constitucional que abarque a todas y cada una de las distintas problematicas a las que se enfrentan los bonaerenses.
Algunas Propuestas para esta coyuntura en la Provincia
- Adopción de un sistema mixto: Implementar un sistema que combine representación proporcional y unipersonal podría mejorar la conexión entre representantes y ciudadanos.
- Descentralización efectiva: Fortalecer las autonomías municipales para acercar las decisiones a las comunidades.
- Elecciones separadas: Instituir un cronograma electoral provincial independiente para fortalecer la identidad política bonaerense.
- Transparencia y rendición de cuentas: Crear mecanismos que permitan a los ciudadanos monitorear el desempeño de sus representantes, utilizando herramientas digitales para una mayor participación.
- Educación cívica renovada: Promover el conocimiento del sistema electoral y sus implicancias para combatir la desinformación y el desapego.
El tiempo de Buenos Aires
En lugar de centrarnos únicamente en tácticas electorales o intereses de coyuntura, este es el momento para reflexionar sobre un cambio estructural que fortalezca la democracia en la Provincia de Buenos Aires. Un sistema electoral renovado no es solo una cuestión técnica; es una herramienta para reconstruir el vínculo entre la política y la ciudadanía, devolviendo a los bonaerenses la confianza en su capacidad para incidir en el destino colectivo.
La oportunidad bonaerense radica en recuperar el protagonismo político de la provincia a través de elecciones separadas y un sistema que refleje fielmente la diversidad, los intereses y las aspiraciones de sus 18 millones de habitantes.
A la Provincia de Buenos Aires le fue arrebatada su cabeza en 1880. Es hora de reconstruir todo su potencial y pujanza