Lluvias en 2024: Argentina enfrentó anomalías climáticas severas con un verano extendido y un invierno breve. Regiones como el litoral sufrieron lluvias torrenciales, mientras otras enfrentaron sequías. Estos cambios, vinculados a El Niño y el calentamiento global, impactaron agricultura, economía e infraestructura, exigiendo políticas adaptativas y mayor investigación climática.
Lluvias en 2024: Todo lo que necesitas saber sobre su impacto, volúmenes y regiones afectadas en Argentina
El Centro Universitario de Morteros (CUM), en colaboración con la Fundación Universitaria para el Estudio de los Sistemas de Información y Logística (Funesil) y la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), presentó un informe revelador que ha dado pie a una interrogante climática intrigante: ¿tuvimos realmente cuatro estaciones en 2024 o solo dos, con presencia dominante de un verano largo y un invierno breve?
Anomalías climáticas en 2024: Contexto y análisis
Según el informe emitido por el CUM, las lluvias jugaron un papel crucial en el comportamiento climático del último año. Las precipitaciones irregulares y las temperaturas por encima del promedio histórico han planteado serias dudas sobre la evolución de las estaciones en Argentina. En varias regiones del territorio nacional, particularmente en el centro y el norte, se registraron lluvias torrenciales que contrastaron fuertemente con períodos de sequía.
La tendencia de un verano extendido y un invierno más reducido no es un fenómeno aislado. Especialistas han señalado que estas anomalías podrían estar vinculadas con el fenómeno de El Niño, que afecta patrones climáticos globales, además de ser una consecuencia directa del cambio climático. Investigadores de la UNVM han enfatizado que las temperaturas crecientes y los picos de lluvia concentrados tienen implicaciones severas para sectores como la agricultura, la ganadería y la planificación urbana.
Regiones más afectadas: Concentración de lluvias y sequías
Entre las áreas más afectadas durante el 2024, el informe destaca a la región litoral, que sufrió lluvias superiores al 150% de los niveles habituales, derivados de condiciones meteorológicas que favorecieron la formación de tormentas severas. En contraste, áreas que historicamente reciben lluvias moderadas, como el noroeste argentino, enfrentaron serias dificultades por déficits hídricos prolongados.
En la provincia de Córdoba, particularmente en sectores rurales cercanos a Villa María y Morteros, los registros de lluvias evidencian picos inesperados entre octubre y diciembre, seguidos por intervalos secos que complicaron las cosechas. Estas inconsistencias impactaron en los rendimientos agrícolas y dejaron una pregunta abierta sobre si las herramientas actuales de predicción climática son suficientes para mitigar su impacto.
Impacto en la población y la economía
El comportamiento climático tuvo consecuencias directas en la población. Barrios urbanos en provincias como Santa Fe y Entre Ríos reportaron inundaciones debido a las lluvias acumuladas, mientras que productores rurales enfrentaron pérdidas por falta de previsión y adaptabilidad a las nuevas condiciones meteorológicas. Este panorama generó reclamos sobre políticas públicas ineficientes en áreas críticas como infraestructura hídrica y manejo de recursos.
En términos económicos, el impacto fue significativo. Sectores como el agroindustria y la construcción vieron alterados sus calendarios de producción y obras, respectivamente. La crisis hídrica en ciertas áreas, combinada con inundaciones en otras, arrojó un complicado balance general para diversos sectores productivos del país.
Predicción: ¿Qué esperar para los próximos años?
Ante el panorama actual, los especialistas del CUM y la UNVM han recomendado intensificar los esfuerzos en investigación climática y reforzar la infraestructura para mitigar los efectos de estos cambios extremos. Además, sugieren una actualización de las políticas de manejo del agua y el suelo, adaptadas a un clima cada vez más impredecible.
Si bien 2024 dejó muchas preguntas abiertas, el monitoreo constante será clave en los próximos años para evaluar cómo evoluciona el impacto de fenómenos como El Niño y el calentamiento global sobre las estaciones y la vida cotidiana en Argentina.