El Papa Francisco fue hospitalizado en Roma por bronquitis infecciosa, recibiendo tratamiento intravenoso que ha mejorado su estado de salud. A los 87 años, su internación fue preventiva debido a antecedentes respiratorios. Aunque su agenda se ha visto afectada, se espera que regrese pronto a sus actividades.
Internación del Papa Francisco y evolución de su estado de salud
El Papa Francisco fue hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma debido a un cuadro de bronquitis infecciosa. Según la Santa Sede, el Sumo Pontífice recibió un tratamiento con antibióticos intravenosos que permitió una “mejoría significativa”, lo que llevó a los médicos a considerar su pronto regreso al Vaticano.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó que el Pontífice respondió de manera positiva al tratamiento y que se encontraba en condiciones de continuar con sus actividades. Francisco, de 87 años, había mostrado señales de cansancio en días previos, lo que generó preocupación en su entorno. La internación fue tomada como una medida preventiva y de control ante sus antecedentes de problemas respiratorios.
Desde su hospitalización, el Papa suspendió varias audiencias y donde se lo vio por última vez fue en un encuentro con jóvenes en la Plaza San Pedro. Pese a su buen estado anímico, su agenda quedó temporalmente condicionada mientras los médicos monitorean su recuperación. La pregunta que se plantea es si este episodio afectará su papel activo en los próximos compromisos eclesiásticos y diplomáticos.
Preocupación por la salud del Pontífice y antecedentes médicos
La salud del Papa Francisco ha sido motivo de preocupación en diversas ocasiones desde el inicio de su pontificado. En 2021, el Pontífice fue sometido a una cirugía intestinal en el mismo Policlínico Gemelli, donde permaneció diez días en recuperación. En los últimos años, también se han evidenciado problemas en su movilidad, lo que lo ha llevado a utilizar ayuda asistida o silla de ruedas en diversas apariciones públicas.
Durante el último año, Francisco suspendió algunas actividades debido a cuadros gripales y dificultades respiratorias. Su avanzada edad y antecedentes médicos hacen que cualquier episodio de salud sea analizado con especial atención dentro del Vaticano. En este caso, la bronquitis infecciosa generó la necesidad de una internación breve pero controlada para evitar posibles complicaciones.
A pesar de estas dificultades, el Papa ha mantenido una agenda activa, participando en audiencias generales, viajes apostólicos y encuentros con líderes religiosos y políticos. La incógnita que se plantea es hasta qué punto su estado de salud podría influir en el cumplimiento de sus futuras tareas pastorales y en la continuidad de su liderazgo dentro de la Iglesia Católica.