La privatización de corredores viales en Argentina ha generado preocupación en varias provincias, incluyendo temores sobre el mantenimiento vial y el impacto económico. Gobernadores, sindicatos y trabajadores advierten sobre posibles despidos y aumento de peajes, mientras el Gobierno nacional no ofrece detalles claros sobre el esquema propuesto ni licitaciones formales.
Incertidumbre en las provincias por la privatización de corredores viales
La intención del Gobierno nacional de privatizar los corredores viales ha generado inquietud en diversas provincias de Argentina. El plan, que busca concesionar rutas actualmente bajo control estatal, despertó preocupaciones entre gobernadores, sindicalistas y trabajadores del sector por su impacto en el mantenimiento vial y la economía regional. Ante la falta de detalles concretos por parte de las autoridades, las posturas oscilan entre la cautela y el rechazo.
El ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, había ratificado en enero la decisión de avanzar en concesiones de rutas bajo el modelo de Participación Público-Privada (PPP), en línea con la política de desregulación promovida por el presidente Javier Milei. Sin embargo, hasta el momento, no se han presentado licitaciones formales ni especificaciones sobre el esquema propuesto. Esta falta de definiciones mantiene en alerta a las administraciones provinciales, que temen que la eventual privatización comprometa las obras de mantenimiento y afecte a los trabajadores estatales del sector.
El planteo del Gobierno se basa en la necesidad de reducir el déficit fiscal, suprimiendo el gasto estatal en los corredores viales y trasladando la inversión al sector privado. No obstante, varios actores advierten que ello podría derivar en peajes más elevados y un posible deterioro del servicio si las empresas concesionarias no logran cumplir con las tareas de mantenimiento necesarias. ¿Cómo impactaría esto en los usuarios y las economías regionales que dependen de estas rutas?
Impacto en el empleo y en la infraestructura vial
Uno de los puntos centrales del debate radica en la situación laboral de los trabajadores estatales de Vialidad Nacional, organismo que actualmente gestiona los corredores afectados por el plan de privatización. Desde el gremio que los nuclea, el Sindicato de Trabajadores Viales y Afines, advirtieron sobre posibles despidos si la concesión avanza sin regulaciones claras. Además, expresaron preocupación por la capacidad del sector privado para sostener los altos estándares de mantenimiento requeridos en las rutas concesionadas.
En provincias como Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, los trabajadores de peajes también manifestaron incertidumbre ante la posibilidad de que nuevas concesiones modifiquen los esquemas actuales de operación y tarifas. Rutas nacionales fundamentales para la conexión productiva del país, como la Autopista Rosario-Córdoba y el corredor de la Ruta 7, podrían verse afectadas dependiendo de los términos que se definan en los pliegos de licitación. Aún no hay certezas sobre si estas concesiones incluirán cláusulas de mantenimiento obligatorio ni si existirán regulaciones sobre los aumentos tarifarios.
Por su parte, los gobernadores también han manifestado inquietudes. En algunas provincias, como Mendoza y Entre Ríos, los gobiernos locales indicaron que esperan que los proyectos contemplen una articulación con las necesidades provinciales. En otros casos, como en la provincia de Buenos Aires, se analiza el impacto que una posible suba de tarifas podría tener sobre el transporte de carga que circula diariamente por las rutas concesionadas.
El pasado de las concesiones y los interrogantes a futuro
La historia reciente de las concesiones viales en Argentina ha estado marcada por conflictos y revisiones de contratos. En 2018, durante la gestión de Mauricio Macri, se implementó un programa de PPP para mejorar rutas nacionales, pero la crisis económica llevó a la cancelación de varios contratos por falta de financiamiento. Con la posterior gestión de Alberto Fernández, algunos corredores fueron estatizados ante incumplimientos de las concesionarias privadas.
En este contexto, expertos en infraestructura y transporte advierten que el éxito del nuevo programa dependerá de la capacidad del Gobierno para establecer reglas claras y mecanismos de control efectivos. La Cámara Argentina de la Construcción ha señalado que la previsibilidad será clave para la atracción de inversiones privadas. Sin embargo, empresas del sector destacan que, sin incentivos económicos adecuados, podría no haber suficientes interesados en asumir el costo de mantenimiento de los corredores viales.
Mientras tanto, los usuarios de las rutas concesionadas están a la espera de definiciones. ¿Habrá garantías de que los futuros concesionarios mantendrán los estándares actuales de infraestructura? ¿Se aplicarán medidas de regulación para evitar aumentos excesivos de los peajes? Frente a un escenario de incertidumbre, la discusión sigue abierta y las provincias exigen precisiones sobre el futuro de sus rutas.