Silvia Lospennato, en un debate legislativo, reafirmó su apoyo al PRO en Buenos Aires, enfatizando logros y proponiendo iniciativas como créditos para jóvenes. Se diferenció de opositores y libertarios, defendiendo la gestión y elida del partido. Su discurso busca consolidar el voto “amarillo” y fortalecer la identidad del PRO.
Silvia Lospennato endurece su perfil y llama a blindar al PRO en la Ciudad
Silvia Lospennato salió al cruce con un tono filoso en el debate legislativo porteño y buscó diferenciarse tanto del kirchnerismo como del oficialismo nacional que representa La Libertad Avanza. Con un discurso bien alineado a los 18 años de gestión que lleva el PRO en la Ciudad de Buenos Aires, la diputada nacional asumió un rol de defensa férrea del oficialismo local, con énfasis en reivindicar “lo construido” frente a lo que considera un intento de ruptura o desvío del rumbo histórico macrista en territorio porteño.
“En la Ciudad, es con el PRO”, fue la frase que martilló al cierre de sus intervenciones. No solo apuntó a consolidar su electorado, sino también a blindar la interna partidaria. En la línea del discurso, Lospennato no esquivó el fuego cruzado: arremetió contra opositores, exaliados y libertarios por igual, abriendo así una ofensiva dialéctica con alto voltaje electoral y fuerte sentido de pertenencia partidaria. La intención es clara: reordenar el voto “amarillo” en un escenario fragmentado y, a la vez, controlar daños ante la salida de figuras como Horacio Rodríguez Larreta, a quien mencionó con una dosis de decepción política y estratégica.
Durante el debate, Lospennato puso el foco en los logros materiales de las gestiones del PRO en la ciudad: la línea H de subte, el tendido de los metrobuses, obras hidráulicas que mitigaron inundaciones históricas, mejoras en la infraestructura hospitalaria y modernización de la educación pública. Sin embargo, el aspecto más intenso de su participación fue el contraste constante con el conurbano bonaerense, gobernado por el kirchnerismo, al que presentó como el anverso de la Buenos Aires “modelo” que buscó defender.
En materia de propuestas, posicionó su experiencia legislativa como ventaja clave para convertir ideas en leyes. Entre las iniciativas destacadas mencionó incentivos fiscales para empresas que contraten adultos mayores, una línea de créditos hipotecarios para jóvenes menores de 35 años y la incorporación de telemedicina al sistema público de salud. Prometió además prioridad para los residentes porteños en turnos sanitarios y cirugías, alimentando una retórica de “derechos adquiridos” para quienes sostienen el sistema con sus impuestos.
No faltaron guiños al orden público, uno de los pilares tradicionales de la retórica macrista. Anunció que buscará endurecer las penas contravencionales contra “trapitos” y quienes vandalicen el espacio público, afirmando que “el que rompe, paga”. En el subtexto: la continuidad de una política de tolerancia cero con la ocupación del espacio público por parte de sectores informales, algo que resuena fuerte en sectores medios y altos de la Ciudad.
El momento más álgido se dio en las preguntas cruzadas. Marcelo Peretta, Ramiro Marra y Manuel Adorni apuntaron contra la gestión PRO. El ex vocero perdió el tono institucional y se permitió una crítica directa: “Tuvieron 17 años para hacerlo y no lo hicieron”. La diputada recogió el guante: cuestionó su presencia en el atril bajo titularidad de un cargo ejecutivo y lo acusó de desconocer el peso que tuvo el PRO para frenar al kirchnerismo cuando este avanzaba a nivel nacional. “Nueve elecciones seguidas les ganamos en la Ciudad”, recordó con tono desafiante.
La charla devino en ajuste de cuentas cuando Lospennato respondió sobre el distanciamiento de Rodríguez Larreta del PRO. Fue tajante: “Horacio se fue del partido. Lo abandonó. En esta elección compite contra el PRO”. Un mensaje claro para reacomodar la narrativa interna del partido frente a un electorado que aún valora la figura de Larreta pero que ahora debe elegir entre la estructura tradicional del PRO y su ex jefe político.
Sobre seguridad, defendió a la policía porteña y aseguró que es la “más equipada, mejor paga y mejor formada” del país. La narrativa de poder local, autonomía y eficiencia en políticas urbanas fue transversal a toda su exposición. Cerró su participación con otro mensaje con doble filo: “La lista del PRO es la que mejor representa tus valores”. En esa afirmación, resumió buena parte del argumento electoral: el PRO no solo tiene gestión, también tiene identidad y legado, algo que considera en peligro si la Ciudad se convierte en un campo de batalla entre kirchneristas y libertarios.
La diputada volvió así a tensar la cuerda contra el oficialismo nacional con un mensaje simultáneo a la interna del PRO. Valoró la cultura del esfuerzo, el mérito, el orden, la república, y se diferenció del “descarte” que, según denunció, aplican los libertarios contra sectores vulnerables. En este juego de contrastes, eligió ubicarse como garante del equilibrio: sin los excesos del kirchnerismo, pero también sin el vértigo disruptivo de los libertarios. Y con algo que el PRO considera distintivo del resto: gestión comprobada.
Mientras se prepara el tablero electoral del 18 de mayo, Lospennato pisa fuerte en la Ciudad con una narrativa que combina continuidad, antagonismo y reconstrucción interna. No le habla solo a los vecinos: le habla también a su propio partido. Quiere representar, pero sobre todo, ordenar.