El intendente Federico Susbielles y el gobernador Axel Kicillof presentaron un plan integral que triplicará la capacidad del Canal Maldonado en Bahía Blanca, abordando inundaciones y promoviendo el crecimiento. Este proyecto, parte de una inversión de $192 mil millones, incluye mejoras en infraestructura y servicios públicos, resaltando el compromiso del Estado.
Susbielles presenta junto a Kicillof un plan que triplica la capacidad del Maldonado y reactiva la agenda de obra pública en Bahía
El intendente Federico Susbielles lanzó hoy uno de los anuncios más ambiciosos de su gestión al presentar, junto al gobernador Axel Kicillof, un plan integral que triplicará la capacidad de transporte del Canal Maldonado. En términos técnicos, el caudal pasará de 300 a 900 metros cúbicos por segundo, una medida que busca responder no solo a las lluvias excepcionales del 7 de marzo pasado, sino también proyectar una solución estructural para evitar inundaciones por los próximos cien años en Bahía Blanca.
La contundencia del anuncio no se limita a lo hidráulico. El mensaje implícito de Susbielles y Kicillof fue político, institucional y territorial. En un contexto en el que el gobierno nacional mantiene congeladas todas las obras públicas y desmantela programas federales, la Provincia aparece como el único actor dispuesto a sostener la inversión en infraestructura. “No estamos haciendo obras sólo para prevenir inundaciones, sino para que Bahía crezca”, lanzó el mandatario provincial, aludiendo a la inacción del gobierno central y marcando diferencias de gestión.
El paquete de obras forma parte del Plan de Reconstrucción Integral de Bahía Blanca, una política de inversión pública por $192 mil millones orquestada por el Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos de Buenos Aires. El plan contempla, además del esquema hidráulico, la reparación del Hospital Penna y la restauración de la infraestructura urbana barrial. Es claro que se intenta dejar sentadas las bases de una etapa de recuperación pos-emergencia, pero también de posicionamiento político.
El mensaje de Susbielles fue directo: “Para transitar este nuevo camino es indispensable el acompañamiento de un Estado comprometido”. Tácitamente, se trata de un guiño hacia Kicillof, pero una crítica a Milei. Atrás queda la narrativa de que “el mercado todo lo ordena”: para el oficialismo bonaerense, sin Estado no hay futuro. El intendente apuesta a capitalizar esta coyuntura no solo en infraestructura, sino en construcción de poder.
En paralelo al anuncio hidráulico, se presentaron otras obras claves, entre ellas la construcción de nuevos puentes carretero y ferroviario en Don Bosco, repavimentaciones y la creación de un parque ambiental en el predio del ex zoológico municipal. Esta última iniciativa —impulsada por la ministra de Ambiente Daniela Vilar— incluye senderos, patio de juegos, sum, iluminación y una inversión de $1.000 millones. No es un dato menor: el proyecto apunta a resignificar un espacio muy emblemático de la ciudad, y abre una agenda ambiental con fuerte intervención provincial.
El día de anuncios también funcionó como escenografía para consolidar alianzas políticas. Integraron la comitiva oficial figuras clave como Nicolás Kreplak, Gabriel Katopodis y Romina Barrios (OPISU), además de senadores provinciales como Ayelén Durán y Marcelo Feliú. Incluso hubo presencia de intendentes de la región, como Rodrigo Aristimuño de Coronel Rosales, y Sergio Bordoni de Tornquist. La postal fue la de una tropa disciplinada, en franca sintonía con el liderazgo provincial. Un dato que también cuenta es la firma de un convenio por $2.748 millones para obras en los barrios Evita y Más Barrios, muestra de que la política social será territorializada, con anclaje local y no desde Buenos Aires.
Una lectura de entrelíneas sugiere que Bahía Blanca se está configurando como nodo estratégico de la Provincia en el sur. Con el PRO desdibujado, los libertarios en crisis de identidad y el gobierno nacional ausente, Susbielles ocupa espacio. Muestra gestión y disponibilidad. Y Kicillof lo sabe. Cualquier ambición provincial, con realistic route electoral, necesitará anclaje en puntos claves fuera del AMBA.
En lo discursivo, el gobernador jugó a reafirmar presencia. Agradeció el trabajo del Consejo Asesor del Plan Hidráulico y dejó en claro que la intervención técnica tiene respaldo político. La frase “obra histórica pensada para los próximos 100 años” sirvió para cimentar la idea de legado. Un relato de futuro que dialoga con el presente, en un momento donde la sociedad siente que el país no tiene rumbo.
El cierre del acto fue tan operativo como simbólico: entrega de un nuevo camión para recolección de residuos urbanos, uno de esos gestos de política concreta que muchas veces pesan más que los actos formales. La gestión se muestra con obras, pero también con camiones, fuentes de trabajo, planes ambientales y vínculos institucionales. En resumen: músculo territorial.
El gobernador cerró con una frase crítica: “A pesar del contexto lleno de dificultades y de un Gobierno nacional ausente, volvimos con nuevos proyectos”. El mensaje fue a la vez defensa de su modelo de gestión y un dardo certero hacia Casa Rosada. En una ciudad que aún recuerda el colapso del 17 de diciembre, la Provincia llegó con respuestas. Y con una narrativa de reconstrucción que mezcla planificación, estructura y disputa política.