El año 2024 estuvo marcado por conflictos en Ucrania y Gaza, con miles de bajas civiles. La controvertida victoria de Trump polarizó a EE. UU., mientras el cambio climático causó calor extremo y desastres naturales. La desigualdad económica aumentó, dejando a millones en extrema pobreza en un panorama global incierto.[Collection]
Turbulento 2024: Conflictos, calor extremo y Trump regresan
Un año marcado por la guerra y la inestabilidad geopolítica
El año 2024 dejó un panorama global convulso marcado por los conflictos simultáneos en Ucrania y Gaza. La invasión rusa de Ucrania continuó extendiendo su penumbra, con informes que apuntan a la intensificación de los ataques en la región de Donetsk y una escalada de bajas civiles sin precedentes. Según la ONU, el conflicto ha causado más de 20,000 muertes adicionales en el transcurso del año, generando la mayor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial.
En paralelo, la Franja de Gaza experimentó una nueva escalada de violencia entre Israel y Hamas tras un enfrentamiento que estalló en abril. La ofensiva israelí resultó en más de 6,000 muertos palestinos, de los cuales casi el 40% eran menores de edad, según datos de Human Rights Watch. Por su parte, Israel reportó 1,200 bajas civiles y militares, mientras las constantes rondas de bombardeos y bloqueos dejaron a millones de gazatíes sin acceso a suministros básicos como agua y electricidad.
El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó los eventos como un “fracaso colectivo de la diplomacia internacional” y urgió a ambas partes a detener las hostilidades. Sin embargo, la comunidad internacional sigue profundamente dividida, en particular Estados Unidos, que mantuvo su respaldo incondicional a Israel junto con asistencia militar adicional valuada en 4,000 millones de dólares.
Elecciones en Estados Unidos: el regreso de Trump
En un giro sustancial en el panorama político estadounidense, Donald Trump regresó al centro de atención tras ganar las elecciones presidenciales de noviembre. Con el lema “Hacer América Grande de Nuevo, Otra Vez” (MAGA Again), Trump reclamó la Casa Blanca con un resultado que volvió a polarizar al país. Su victoria se produjo con un 47% del voto popular, destacándose en estados clave como Florida, Ohio y Pensilvania, que fueron determinantes en el Colegio Electoral.
La administración Trump ha prometido revertir muchas de las políticas ambientales y sociales implementadas durante los cuatro años de Joe Biden, incluyendo regulaciones sobre energía verde y apoyo económico a Ucrania. En su discurso de aceptación, Trump declaró: “La prioridad será siempre América primero; terminaremos con las guerras interminables y devolveremos el empleo a los ciudadanos estadounidenses”. Estas promesas generaron alarma entre los aliados tradicionales de Washington y la OTAN, que temen una disminución del apoyo militar en el contexto de la guerra en Ucrania.
A pesar de su victoria, la ascensión de Trump al poder no estuvo exenta de controversias. Las denuncias de fraude electoral y una estrecha votación en la Corte Suprema, que rechazó demandas sobre irregularidades en el conteo, marcaron una vez más la fragilidad del sistema electoral estadounidense. El país cerró el año con protestas masivas tanto a favor como en contra del mandatario, destacando la fragmentación social que persiste desde su primera administración.
El impacto del cambio climático: calor extremo y catástrofes
El cambio climático intensificó su impacto global en 2024, consolidándose como una amenaza ineludible. Las temperaturas globales alcanzaron niveles récord, con julio siendo el mes más cálido jamás registrado en la Tierra, de acuerdo con informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Esto provocó olas de calor extremo en Europa, India, y Estados Unidos, causando la muerte de al menos 60,000 personas por deshidratación e insolación, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En paralelo, los fenómenos climáticos extremos se multiplicaron. Huracanes más intensos devastaron comunidades en el Caribe y en el sur de los Estados Unidos, mientras que en Asia el tifón Haikui dejó a su paso más de 3,000 muertos y millones de desplazados en Filipinas y Taiwán. En África, una sequía prolongada agravó la crisis alimentaria en el Cuerno de África, dejando a 34 millones de personas en riesgo de hambruna, según cifras del Programa Mundial de Alimentos.
En un año calificado como crítico para la acción climática, las negociaciones de la COP29 en Milán fracasaron en llegar a acuerdos significativos, dejando en evidencia la falta de compromiso de las principales economías contaminantes. China, Estados Unidos, e India fueron duramente criticados por no establecer objetivos más ambiciosos para reducir sus emisiones de carbono, mientras naciones insulares como Maldivas elevaron su voz ante el peligro inminente de desaparecer bajo el aumento del nivel del mar.
Economía y desigualdades globales
El panorama económico también fue un reflejo de las tensiones globales. Mientras los mercados financieros lograron cierto grado de estabilidad tras la recuperación de la pandemia, la desigualdad siguió ampliándose. El Banco Mundial advirtió que más de 800 millones de personas viven en extrema pobreza, impulsada por las crisis climáticas y el aumento acelerado del costo de vida.
En Estados Unidos y en Europa, los efectos de la inflación continuaron perjudicando a las clases medias y bajas, quienes enfrentaron aumentos históricos en alimentos y servicios esenciales. Los países emergentes, por su parte, registraron niveles de deuda externa insostenibles, obligando a naciones como Argentina y Sri Lanka a renegociar sus términos financieros con el Fondo Monetario Internacional.
El desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial (IA) también impactó la estructura laboral. Si bien algunas empresas incrementaron su productividad, muchos trabajadores temen la automatización masiva de sus empleos. En países como India y México, el crecimiento del desempleo tecnológico amenaza con intensificar la brecha social en lugares donde las construcciones laborales formales son ya de por sí limitadas.
Un año de luces y sombras
A medida que el mundo avanza hacia 2025, el recuento del turbulento 2024 refuerza desafíos a escala global. Los conflictos armados, los efectos devastadores del cambio climático y la transición tecnológica seguirán siendo las prioridades para dirigentes internacionales en busca de soluciones sustentables. La incertidumbre no cesa, pero tampoco lo hacen los esfuerzos de las comunidades y organizaciones que intentan, contra viento y marea, redefinir el curso de los acontecimientos.
Fuente: INFOBAE