Jorge Macri y Manuel Adorni intensifican la disputa interna de la derecha en CABA, con Macri cuestionando la falta de conexión de Adorni con la ciudad. La campaña se calienta, enfrentando estrategias opuestas: Macri promueve la moderación, mientras el libertario adopta un enfoque agresivo, utilizando la motosierra como símbolo.
Jorge Macri contra Adorni: la interna libertaria en la Ciudad calienta la campaña
Jorge Macri tensó la cuerda con La Libertad Avanza en plena definición de las listas porteñas y desató una respuesta directa del vocero presidencial. El jefe de Gobierno acusó a Manuel Adorni de “no conocer ni la Ciudad ni a los porteños” y cuestionó el rumbo político del espacio libertario. La réplica del portavoz no tardó: lo calificó como “ex intendente bonaerense” y dejó expuesta la herida legal de la residencia de Macri durante su candidatura. Sin necesidad de eufemismos, ambos enviaron un mensaje claro: la campaña en CABA será sin clemencia.
La declaración de Macri se produjo apenas se oficializaron las listas para las legislativas porteñas. Con tono desafiante, el mandatario apuntó contra la candidatura de Adorni por La Libertad Avanza, lo minimizó y cuestionó la retórica libertaria, especialmente el uso reiterado de la imagen de la motosierra como símbolo de ajuste. “Se ve que no conoce la Ciudad ni a los porteños. El porteño cree en la libertad y en la diversidad. Cree en emprender, en el privado y también en el rol del Estado”, disparó en una entrevista televisiva. Su mensaje apuntó a dinamitar el eje conceptual de LLA en el territorio que supo ser gobernado durante casi dos décadas por el PRO.
Macri interpretó como una provocación la postal de Adorni junto a Karina Milei frente a la sede del Gobierno porteño en Parque Patricios. En la imagen, los referentes libertarios posan con una motosierra, iconografía que en su momento sirvió para encender la campaña presidencial pero que ahora, según Macri, exhibe limitaciones. “Como gesto de campaña era atractivo, pero después de 16 meses gobernando, lo único que muestran es una motosierra. Yo usaría un bisturí”, señaló, reforzando su estrategia de mostrarse como un dirigente racional frente al maximalismo libertario.
El trasfondo político revela un distanciamiento emocional y estratégico. La relación entre LLA y el PRO se deterioró más allá de las diferencias ideológicas. En palabras del propio Macri, hay una confusión en el enemigo: “Decidieron ir solos en todo el país. No me gustaba el concepto de fusión con ellos. El PRO tiene una historia”. La disputa por el electorado porteño es intensa, a sabiendas de que el votante capitalino no es fiel a una doctrina, sino a la eficacia política.
En un intento por desmarcarse del legado de Rodríguez Larreta —a quien también lanzó críticas al calificarlo como “opositor” y remarcar su ruptura con el partido—, Jorge Macri buscó posicionarse como el nuevo liderazgo porteño desde el mismo riñón macrista. Pero la irrupción de figuras libertarias amenaza con atomizar su base electoral. La candidatura de Horacio Rodríguez Larreta por fuera del PRO, encarnando la lista Volvamos Buenos Aires, complejiza aún más el tablero de alianzas.
En ese escenario, el oficialismo libertario juega su carta más mediática. La respuesta de Adorni fue veloz y punzante. A través de la red social X, ironizó sobre la declaración de Macri y le recordó su pasado como intendente de Vicente López, una condición que generó controversia por la exigencia de residencia en la Ciudad estipulada por la Constitución porteña. “Bastante extraño: yo sí vivo desde hace años en la Ciudad de Buenos Aires, a diferencia del ex intendente bonaerense. Fin”, escribió, usando el mismo estilo telegráfico que lo popularizó como vocero presidencial.
La disputa deja entrever que este 18 de mayo la elección en la Ciudad será una batalla campal entre derechas. A falta de un acuerdo electoral con el PRO, Karina Milei emprende una ofensiva abierta para ocupar el espacio y dinamitar las estructuras clásicas del partido fundado por su hermano político, Mauricio Macri. Una afirmación del expresidente, también cargada de desdén (“Karina tiene la obsesión de ir por el PRO”), demostró que las fracturas son profundas y trascienden lo discursivo.
Mientras las encuestas colocan a Leandro Santoro como el candidato más votado en un eventual escenario hoy, la derecha se encierra en sus propias internas. El oficialismo libertario busca llenar el vacío de representación post PRO, apelando al lenguaje disruptivo y a la saturación simbólica de la motosierra. Macri, en cambio, propone modulación, racionalidad y experiencia, aunque con un capital político debilitado por la falta de cohesión en su espacio y la pérdida de figuras centrales como Larreta.
Todo indica que los próximos días profundizarán la tensión. Jorge Macri intentará consolidar su gestión y proyectar gobernabilidad en medio de una campaña que lo obliga a diferenciarse hacia la derecha y hacia el centro al mismo tiempo. Del otro lado, la maquinaria libertaria ya no teme al choque frontal, ni a las formas. Y en este clima, los votantes porteños asistirán nuevamente al espectáculo preferido de su escenario político: un duelo de egos y estrategias entre viejos y nuevos protagonistas que creen haber nacido para gobernarlos.