El PRO redefine su estrategia electoral en la Ciudad con Macri como protagonista. Bajo la dirección de María Eugenia Vidal y Antoni Gutiérrez Rubí, se busca un enfoque cercano y directo con los vecinos, alejándose de la polarización nacional y reforzando la presencia en comunas clave. Las elecciones marcan un posible punto de inflexión.“`html
El PRO redefine su estrategia en la Ciudad con Macri como protagonista
El PRO porteño ajusta su estrategia electoral en un terreno que considera propio, pero que enfrenta desafíos inusuales. La conducción de campaña, en manos de María Eugenia Vidal, trabaja junto al consultor catalán Antoni Gutiérrez Rubí para consolidar un mensaje de identidad y cercanía. La gran apuesta es “La gran conversación”, una táctica basada en la presencia y el diálogo directo con vecinos sin los clásicos actos proselitistas. La decisión de Mauricio Macri de involucrarse de lleno en la campaña aporta peso político y refuerza el objetivo de contener el voto amarillo en su bastión más importante.
El plan diseñado por Gutiérrez Rubí pivotea sobre un principio central: alejarse de la polarización nacional y focalizar el debate en la gestión municipal. En el PRO saben que desde la oposición intentarán nacionalizar la campaña porteña, pero entienden que su fortaleza reside en destacar lo logrado en la Ciudad y enfatizar los aspectos prácticos de la administración local. La apuesta es exponer un PRO cohesionado, más allá de las tensiones que persisten entre figuras claves de su estructura.
El despliegue territorial ya está en marcha. En la última semana, alrededor de 3.500 dirigentes recorrieron 600 puntos estratégicos de la Ciudad para reforzar la presencia del PRO en las 15 comunas. A diferencia de campañas anteriores, no hubo folletos, merchandising ni promesas vacías. Solo militantes y dirigentes recorriendo calles, plazas y colegios, escuchando directamente los reclamos ciudadanos. Según los primeros relevamientos internos, las principales preocupaciones giran en torno a la higiene urbana, la seguridad y el transporte.
“La idea es construir un canal de diálogo directo, sin intermediarios, que permita transformar las preocupaciones ciudadanas en soluciones concretas”, explican desde el comando de campaña. En paralelo, el análisis de encuestas marca una tendencia clara: la fortaleza de la marca PRO sigue vigente en la Ciudad, pero la fragmentación del electorado porteño es más profunda que en elecciones anteriores.
Ante este escenario, Macri suspendió todos sus compromisos internacionales hasta después del cierre de listas y se enfocará en reforzar su presencia en comunas estratégicas. Ayer, el expresidente recorrió Recoleta, mientras Vidal se concentró en el sur de la Ciudad junto a Waldo Wolff, quien ya tiene un lugar asegurado en la campaña. La apuesta es consolidar un equipo visible y activo, combinando experiencia y rostros nuevos dentro del PRO.
Las definiciones finales sobre las candidaturas serán clave en los próximos días, pero ya hay una certeza: Vidal no encabezará la lista de legisladores. Su negativa respondió a una combinación de razones personales y estratégicas, desde su relación con Horacio Rodríguez Larreta —con quien debería competir— hasta su propio convencimiento de que no es el momento para asumir ese rol. A pesar de la presión interna, su decisión es firme.
Dentro del PRO, entienden que estas elecciones marcarán un punto de inflexión en su historia porteña. Con un escenario político convulsionado y la irrupción de nuevos actores, la premisa es mantener el control del único territorio donde nunca perdieron una elección desde su creación. Y en ese juego, la figura de Macri vuelve a ocupar un lugar central.
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