Axel Kicillof conmemoró el Día Internacional de los Derechos Humanos en un emotivo acto en la Casa de Gobierno. Destacó la importancia de la memoria y el compromiso estatal con la defensa de los derechos humanos, junto a figuras emblemáticas como Estela de Carlotto. La jornada enfatizó la justicia y la unidad social.[Collection]
Kicillof lidera la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó este martes un emotivo acto en el Salón Dorado de la Casa de Gobierno, con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos. El encuentro reunió a referentes históricos de la lucha por los derechos humanos, entre ellos la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, junto al ministro de Justicia y Derechos Humanos, Juan Martín Mena, y el subsecretario de Derechos Humanos, Matías Moreno.
Con un salón cargado de simbolismo y memoria, el acto giró en torno a la importancia de reafirmar el compromiso del Estado provincial con la defensa de los derechos humanos y su preservación como política de Estado. Kicillof, visiblemente emocionado, destacó que estos valores fundamentales no solo forman parte de la historia de lucha de Argentina, sino que constituyen un pilar imprescindible en la construcción de una sociedad más justa.
“La memoria es nuestra guía para el presente y el futuro”
Durante su intervención, el gobernador puso énfasis en la vigencia de los derechos humanos en un contexto global complejo. “Los derechos humanos no son un tema del pasado, son nuestra guía para el presente y el futuro”, señaló con determinación. Además, subrayó el rol de las organizaciones de derechos humanos en mantener viva la memoria de las heridas más profundas del país, especialmente las cometidas durante el terrorismo de Estado en la última dictadura militar.
En ese sentido, el gobernador resaltó especialmente la labor de Abuelas de Plaza de Mayo y su incansable búsqueda por la restitución de la identidad de los nietos y nietas apropiados durante la dictadura. Miró hacia Estela de Carlotto y la elogió como un símbolo vivo de resistencia y amor, palabras que arrancaron aplausos de los presentes.
El rol del Estado en la defensa de derechos fundamentales
Por su parte, Juan Martín Mena, ministro de Justicia y Derechos Humanos, coincidió en que las conquistas logradas en esta materia no pueden ser puestas en duda ni retroceder. “La defensa de los derechos humanos no es negociable. Es una responsabilidad que debe ser asumida con seriedad y con una mirada integral, entendiendo que también implica garantizar condiciones dignas de vida para todos los ciudadanos”, sostuvo firme.
Matías Moreno, el subsecretario de Derechos Humanos, destacó las iniciativas llevadas adelante desde la provincia de Buenos Aires, como las políticas de reparación y los programas educativos orientados a construir una ciudadanía comprometida con la memoria, la verdad y la justicia. Moreno enfatizó en la necesidad de extender estas políticas, especialmente entre las juventudes, para que las nuevas generaciones sean herederas activas de esta lucha.
Un momento conmemorativo con un mensaje alentador
El acto no solo estuvo repleto de discursos, sino también de momentos cargados de simbolismo. Con un silencio que lo dijo todo, se realizó un minuto de homenaje a los desaparecidos. Luego, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, tomó la palabra para enviar un mensaje que combinaba memoria, unidad y esperanza. “Las Abuelas siempre estuvimos para buscar justicia, no venganza. La justicia es la única manera de sanar las heridas de nuestro pueblo. Y mientras viva la memoria, hay esperanza”, expresó con voz cálida pero firme, marcando el punto culminante de la jornada.
La histórica referente agradeció el compromiso del gobierno encabezado por Kicillof y reconoció la importancia de sostener un diálogo permanente entre el Estado, las organizaciones y la sociedad. “Es una tarea colectiva. No queremos que la juventud olvide, pero tampoco que crezca con resentimiento, sino con la convicción de que un país diferente, con justicia plena, es posible”, concluyó.
Un legado que interpela a todos
El impacto del acto resuena más allá de los muros del Salón Dorado. En un contexto político y social atravesado por tensiones y desafíos económicos, la jornada fue un recordatorio de que la defensa de los derechos humanos no debe quedar al margen de otros debates centrales, como la igualdad, la pobreza y la inclusión social.
Con la memoria como faro y la verdad como bandera, el gobierno provincial reafirmó su compromiso de seguir construyendo una provincia y un país donde los derechos humanos sean el núcleo de cualquier política pública. “No hay lugar en nuestra provincia para la indiferencia frente a las injusticias”, cerró Axel Kicillof antes de despedir formalmente a la audiencia.