Por Quimey Cuesta, Relaciones Públicas e Institucionales.

En un mundo donde el cambio climático se ha convertido en una de las crisis más urgentes del siglo XXI, los gobiernos toman posiciones diametralmente opuestas. Mientras líderes como Donald Trump en Estados Unidos o Javier Milei en Argentina niegan abiertamente el calentamiento global y desmantelan regulaciones ambientales en favor de una desregulación total del mercado, otros mandatarios, como Gustavo Petro en Colombia o Claudia Sheinbaum en México, impulsan agendas de desarrollo sostenible y transición ecológica. Pero, ¿puede la sustentabilidad depender solo de la voluntad política? ¿O existen oportunidades para que el sector privado, en conjunto con estrategias de relaciones públicas bien diseñadas, impulse el cambio incluso en contextos hostiles?
En América Latina, la economía circular y las industrias emergentes en sostenibilidad están demostrando que el aprovechamiento de residuos puede ser tanto una herramienta de mitigación ambiental como una fuente de crecimiento económico. Sin embargo, el avance de estas iniciativas no depende exclusivamente de la innovación tecnológica, sino también de contextos y marcos políticos que faciliten su expansión. En este punto, las relaciones públicas juegan un papel clave al conectar actores estratégicos bajo la teoría de stakeholders, permitiendo que empresas, gobiernos, inversores y consumidores converjan en un ecosistema que viabilice estas industrias.
El rol de las relaciones públicas y la teoría de stakeholders
Las relaciones públicas pueden desempeñar un papel clave en la expansión de estas iniciativas sustentables al aplicar la teoría de stakeholders, que sostiene que las empresas no operan de manera aislada, sino que dependen de una red de actores que incluyen gobiernos, inversores, comunidades y consumidores. En este contexto, las estrategias de comunicación pueden ayudar a:
- Construir legitimidad: La narrativa en torno a la sustentabilidad no solo debe centrarse en el impacto ambiental, sino también en los beneficios económicos. Los casos de éxito deben comunicarse de manera efectiva para generar confianza en consumidores y reguladores.
- Atraer inversión: La visibilidad mediática de estas startups es crucial para captar fondos internacionales. Empresas como Arqlite han logrado expandirse gracias a la atención de inversionistas que descubrieron su potencial a través de reconocimientos y cobertura periodística.
- Influir en políticas públicas: La presión social y la divulgación estratégica pueden empujar a los gobiernos a adoptar marcos regulatorios más favorables. El ejemplo de Biofase muestra cómo una mayor concientización sobre el impacto del plástico de un solo uso podría generar incentivos para la adopción de bioplásticos.
- Generar alianzas estratégicas: La economía circular no es un esfuerzo aislado; requiere colaboración entre sectores. Eventos, conferencias y redes de networking pueden facilitar conexiones entre empresas emergentes y corporaciones dispuestas a adoptar prácticas más sostenibles.
De la basura a la riqueza: casos de éxito en América Latina
Desde bioplásticos hechos con semillas de aguacate en México hasta la producción de proteína a partir de larvas en Colombia, varios proyectos en la región están demostrando que los residuos pueden ser reinsertados en la economía como insumos valiosos.
- Biofase (México): La empresa mexicana ha desarrollado un bioplástico a partir de semillas de aguacate que se degrada en solo 240 días, exportando ya a 25 países. Sin embargo, la falta de incentivos gubernamentales para el uso de materiales biodegradables limita su impacto en el mercado local.
- Biofly (Colombia): Utiliza larvas de mosca soldado negro para convertir desechos orgánicos en harina proteica para la alimentación animal, reduciendo la huella de carbono de la ganadería. A pesar de su éxito inicial, necesita apoyo estatal para escalar su producción y acceder a mayores mercados.
- Sinba (Perú): Transformando residuos orgánicos en alimento para animales y compost, ha logrado convertir el costo de gestionar residuos en un negocio rentable. Su crecimiento ha sido posible gracias a alianzas con restaurantes y empresas que priorizan la sustentabilidad.
- Arqlite (Argentina): Convirtiendo plásticos no reciclables en grava plástica para la construcción, esta startup ha captado inversión extranjera y se ha expandido a Estados Unidos, demostrando el potencial de la economía circular como industria de exportación.
- Arenas de Vidrio (Uruguay): Transformando vidrio reciclado en arena para la construcción, ha cerrado acuerdos con gobiernos locales para reducir la cantidad de residuos en rellenos sanitarios y promover la reutilización de materiales.

A pesar de estos avances, el crecimiento de estas empresas no ocurre en el vacío. Requiere de un ecosistema favorable que combine políticas públicas, financiamiento y apoyo institucional. Países con marcos regulatorios que incentivan la economía circular tienen mayores oportunidades de atraer inversiones en este sector.
Impacto económico de la economía circular en América Latina
La economía circular y las iniciativas sustentables están ganando terreno en América Latina, no solo por sus beneficios ambientales, sino también por su impacto económico significativo. A continuación, se presentan datos clave que ilustran la magnitud financiera y el potencial de estas iniciativas en la región:
Inversiones en Bonos Sostenibles
- Crecimiento Proyectado: Se estima que en 2024, las emisiones de bonos sostenibles en América Latina alcanzarán entre 45.000 y 55.000 millones de dólares.
- Concentración Geográfica: México, Brasil y Chile lideran este mercado, representando entre el 80% y 90% de las emisiones totales.

Financiamiento Climático por Instituciones Regionales
- Banco Interamericano de Desarrollo (BID): En 2023, el BID destinó 6.100 millones de dólares a proyectos relacionados con el cambio climático, representando el 45,3% de sus aprobaciones totales.
- CAF – Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe: En 2024, la CAF aprobó un fondo de 2.478 millones de dólares para proyectos sostenibles en países como Argentina, Brasil, Chile y Ecuador.
Inversión Extranjera Directa en Proyectos Verdes
- Chile: En 2024, la cartera de proyectos de inversión extranjera en Chile aumentó un 68%, alcanzando los 56.234 millones de dólares. De este monto, 25.617 millones de dólares se destinaron a proyectos relacionados con la industria del hidrógeno verde.
Empleo en Sectores Sostenibles
- Chile: En 2022, los empleos verdes en Chile alcanzaron 1.534.931, representando el 16,7% del total de empleos en el país. Esta cifra supera a los empleos en industrias contaminantes, que suman 601.740 (6,5%).

Estos datos reflejan el creciente compromiso de América Latina con la economía circular y las inversiones sostenibles, destacando tanto el impacto económico como las oportunidades de desarrollo en la región.

Conclusión: ¿Puede la sustentabilidad sobrevivir a la negación política?
El avance de la sustentabilidad en América Latina no solo depende de la tecnología o el capital, sino de la capacidad de construir un ecosistema favorable a través de la comunicación estratégica y el involucramiento de múltiples actores. La clave está en usar las relaciones públicas como herramienta de articulación para conectar la innovación con la política, el financiamiento y la sociedad.
Mientras algunos siguen negando la crisis climática, la pregunta no es si la sustentabilidad es viable, sino cuánto tiempo más podemos permitirnos ignorarla antes de que el costo de la inacción supere cualquier otra preocupación económica.
Artículo escrito y desarrollado por Quimey Cuesta, estudiante de la carrera de Relaciones Públicas e Institucionales de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales.