El Gobierno convirtió Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) en sociedad anónima mediante el Decreto 117/2024, buscando modernizar su gestión y atraer inversiones. La nueva estructura, YCRT SAPEM, promete eficiencia operativa, aunque trabajadores y opositores temen por la estabilidad laboral y condiciones en el sector. El futuro dependerá de la implementación.
Transformación de Yacimientos Carboníferos Río Turbio en sociedad anónima
El Gobierno oficializó la conversión de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) en una sociedad anónima a través del Decreto 117/2024, publicado en el Boletín Oficial el 24 de febrero de 2024. Esta medida forma parte de un intento por modernizar la administración del yacimiento y atraer inversiones privadas en su gestión.
La disposición establece que la empresa pasará a denominarse YCRT Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria (SAPEM). Según el decreto, la nueva estructura de la empresa permitirá una mayor eficiencia operativa y abrirá la posibilidad de captar inversiones externas para reactivar el yacimiento ubicado en la provincia de Santa Cruz.
El documento oficial detalla que esta reforma busca optimizar la producción y comercialización del carbón de Río Turbio, así como mejorar la gestión de los recursos energéticos del país. Sin embargo, la decisión ha generado diversas reacciones tanto en el ámbito político como entre los trabajadores del sector.
Reacciones y perspectivas sobre el futuro de YCRT
La transformación de YCRT en sociedad anónima ha despertado interrogantes sobre el destino de la empresa y su impacto en la región. Los trabajadores del yacimiento han expresado su preocupación por la estabilidad laboral y las condiciones de empleo, mientras que sectores políticos cuestionan si esta reestructuración realmente impulsará el desarrollo de la actividad carbonífera.
Desde la intervención de la empresa, el Gobierno ha argumentado que esta medida permitirá optimizar los recursos y mejorar la competitividad del sector. No obstante, opositores advierten que una mayor participación del sector privado podría derivar en cambios en las condiciones laborales y en la administración de la producción carbonífera.
El futuro de YCRT dependerá de cómo se implementen estas reformas y de la capacidad de la empresa para adaptarse a un nuevo esquema de gestión. ¿Logrará esta transformación garantizar la estabilidad del yacimiento y potenciar sus capacidades productivas? La respuesta se conocerá en los próximos meses, según avance la transición hacia el nuevo modelo de sociedad anónima.