Este 18 de enero se cumplen diez años de la muerte del fiscal Alberto Nisman, investigando el atentado a la AMIA. La jornada destaca divisiones políticas entre oficialismo y oposición, con acusaciones de asesinato por parte de la oposición y énfasis en irregularidades del proceso judicial por el oficialismo. El caso sigue sin resolverse.
Un aniversario marcado por divisiones políticas
Este 18 de enero se cumplen diez años de la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien investigaba el atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) ocurrido en 1994. La jornada estuvo marcada por pronunciamientos tanto del oficialismo como de la oposición, reflejando una vez más las profundas divisiones políticas en torno al caso. Nisman fue hallado muerto en su departamento en Puerto Madero, Buenos Aires, el 18 de enero de 2015, un día antes de presentar ante el Congreso una denuncia por encubrimiento contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Mientras que la oposición insiste en señalar que se trató de un asesinato vinculado a su labor como fiscal, el oficialismo mantiene el discurso centrado en las irregularidades del proceso judicial. La causa, que inicialmente fue caratulada como un posible suicidio, continúa abierta bajo la hipótesis de homicidio, aunque sin responsables determinados hasta la fecha.
La denuncia contra Cristina Fernández de Kirchner
En su papel como titular de la Unidad Fiscal AMIA, Nisman había acusado a la expresidenta y otros altos funcionarios de encubrir a los sospechosos iraníes vinculados al atentado a través de la firma de un Memorándum de Entendimiento entre Argentina e Irán en 2013. Según la denuncia, este acuerdo garantizaba la impunidad de los acusados a cambio de beneficios económicos para Argentina.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, en 2017 el juez federal Claudio Bonadio retomó la investigación y procesó a Cristina Fernández de Kirchner por presunto encubrimiento. Sin embargo, hasta hoy no se ha logrado una resolución definitiva sobre este aspecto de la causa, y el Memorándum sigue siendo motivo de controversia en el ámbito político y judicial.
Las circunstancias de la muerte del fiscal
El 18 de enero de 2015, Nisman fue hallado muerto con un disparo en la cabeza en el baño de su departamento. Al lado del cuerpo se encontró una pistola Bersa Thunder calibre .22, prestada por un colaborador suyo, Diego Lagomarsino, quien sería luego imputado en la causa por presunta participación en el hecho.
A lo largo de la última década, expertos en criminalística han debatido sobre si la muerte del fiscal fue un suicidio o un asesinato. En 2017, la Gendarmería Nacional presentó un informe pericial que concluyó que se trató de un homicidio, señalando que Nisman habría sido reducido y luego ejecutado, aunque sus conclusiones fueron rebatidas por otros peritos. La causa sigue bajo investigación en los tribunales federales de Comodoro Py.
El impacto político y social
La muerte de Nisman generó una fuerte conmoción en la sociedad argentina, desatando marchas multitudinarias en su memoria y exigiendo justicia. La denominada “Marcha del Silencio”, organizada en febrero de 2015 por colegas fiscales, congregó a miles de personas bajo una intensa tormenta en Buenos Aires.
El caso también afectó significativamente la vida política del país. La oposición utilizó la denuncia y la muerte de Nisman como los ejes de sus críticas al gobierno kirchnerista, mientras que el oficialismo durante la gestión de Mauricio Macri buscó impulsar avances en la causa como una demostración de transparencia institucional. Sin embargo, los avances concretos en la investigación han sido escasos, y el caso sigue siendo un símbolo de la desconfianza de la ciudadanía en el sistema judicial argentino.
Los mensajes de oficialismo y oposición
En este nuevo aniversario, figuras políticas de ambos lados del espectro expresaron sus posturas sobre el caso. Desde Juntos por el Cambio, el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta afirmó: “A diez años de la muerte del fiscal Nisman, seguimos exigiendo justicia por él y por las 85 víctimas de la AMIA. No vamos a descansar hasta que se sepa toda la verdad”.
Por su parte, desde el oficialismo, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, denunció un “uso político” del caso y recordó que la justicia aún no emitió resultados concluyentes sobre las circunstancias de la muerte. “No se puede construir justicia a base de hipótesis que no han sido confirmadas”, subrayó.
Organismos internacionales también se pronunciaron sobre el aniversario, incluyendo el Congreso Judío Mundial, que reiteró su pedido de esclarecimiento tanto del atentado a la AMIA como de la muerte del fiscal.
Una década de pocas respuestas
Diez años después, la causa judicial por la muerte de Alberto Nisman sigue siendo una herida abierta en el cuadro político, judicial y social de Argentina. Mientras distintos sectores insisten en la necesidad de esclarecer el caso, la falta de resultados tangibles alimenta teorías y especulaciones que profundizan la división política y generan desconfianza en las instituciones del país. Entre homenajes y pronunciamientos, este aniversario deja en evidencia que las respuestas que tanto reclama la sociedad aún parecen lejos de llegar.