El frío en Santa Fe impacta la jornada electoral, con temperaturas de 5.4°C y vientos del sudoeste. Las condiciones climáticas complican la movilización de votantes, especialmente mayores y de áreas rurales. Este fenómeno exige ajustes logísticos clave para los partidos, reflejando la intersección entre clima y estrategia política en juego.
Santa Fe vota bajo el frío: clima invernal y estrategia política en juego
El domingo electoral amaneció en Santa Fe con un frío seco y cielo nublado, en un clima que no solo congela termómetros, sino que también obliga a recalcular estrategias de movilización en todos los frentes partidarios. La jornada empezó con 5.4°C a las 7 de la mañana, aunque la sensación térmica fue aún menor por los vientos del sudoeste que soplaron a 28 km/h, según datos del Servicio Meteorológico Nacional. La temperatura máxima estimada apenas alcanzará los 11°C, sin lluvias, pero con un cielo mayormente nublado que puede teñir el día con un gris monótono. Precisamente, ese escenario plantea desafíos operativos importantes para las campañas, particularmente para aquellas cuya base se apoya en el voto popular movilizado a último minuto.
En una fecha donde la maquinaria electoral se activa desde muy temprano, las condiciones climáticas no son un detalle menor. Menos aún en comicios donde la participación es clave para definir márgenes e imponer legitimidades. La baja temperatura y un cielo opaco complican el traslado de votantes mayores o de zonas rurales, y obligan a ajustar las logísticas tanto del oficialismo local como de las fuerzas opositoras con aspiraciones reales de disputar poder. Cada punto porcentual en participación puede inclinar el tablero político y, por ende, nadie subestima el impacto del clima.
Según el pronóstico, el frío persistirá durante todo el día. Por la mañana, el termómetro se mantendrá en torno a los 5°C, con viento del sudoeste entre 23 y 31 km/h, sin presencia de lluvias. Para la tarde, en la franja crítica del cierre de campaña en las calles y el empuje final a los votantes indecisos, se espera que los termómetros marquen su punto máximo –apenas 11°C– con un cielo que continuará cubierto y vientos del sur en el mismo rango. Ya entrada la noche, el descenso térmico volverá a arrojar temperaturas de 6°C, mientras el viento bajará a 13-22 km/h.
Lejos de ser una mera anécdota meteorológica, estas condiciones meteorológicas implican decisiones operativas de último minuto para los partidos. En especial para coaliciones como Unidos para Cambiar Santa Fe, liderada por Maximiliano Pullaro, que apuesta a fidelizar el voto moderado de la clase media y de zonas urbanas densamente pobladas, donde la asistencia a las urnas en contextos hostiles tiende a disminuir. También el peronismo observa con atención el efecto que podría tener el clima en su caudal tradicional de votantes, dependientes en gran medida de redes de transporte informal o movilización partidaria. Un error logístico en una mañana gélida puede costar más que una semana de campaña.
El lunes posterior a las elecciones no promete alivio térmico: se prevé una mínima de 2°C y una máxima de 11°C, con cielo parcialmente nublado y sin lluvias. Para el martes, el escenario será aún más extremo, con temperaturas entre los 0°C y los 11°C. Aunque el fenómeno obedece a patrones típicos del invierno santafesino, su coincidencia con el calendario electoral obliga a mirar cada número del SMN con una lupa política.
Más allá de su impacto operativo, el clima se ha vuelto un elemento simbólico en una elección donde se define algo más profundo que cargos: se está midiendo la temperatura política de un electorado que ha sido sacudido por la crisis regional, los coletazos de las disputas nacionales y una oferta política que busca posicionarse como nueva referencia. El frío no enfría el interés, pero sí reconfigura las tácticas para conquistar el voto silencioso.
Mientras los equipos de campaña ajustan sus planes e intensifican llamados, caravanas y presencia en las redes, la otra campaña –la meteorológica– avanza sin tregua. Y aunque el termómetro apenas suba unos grados durante la tarde, hay algo que no puede congelarse: la voluntad del electorado de hacerse oír, incluso si hay que salir bien abrigado a votar. Las urnas, más que nunca, esperan a quienes decidan romper el hielo.