Luis Pierrini asume la Secretaría de Transporte de la Nación, reemplazando a Franco Mogetta. Esta designación, influenciada por Luis Caputo, refleja un reacomodamiento en el Gabinete de Javier Milei. Pierrini, con experiencia en seguros, enfrenta desafíos en un sector estratégico marcado por la necesidad de reformas y negociación con sindicatos.
Un nuevo peón en el tablero de Caputo: Luis Pierrini llega a Transporte en reemplazo de Mogetta
En una jugada que consolida el dominio del ministro de Economía Luis “Toto” Caputo sobre áreas clave del Ejecutivo, el empresario mendocino Luis Pierrini fue designado al frente de la Secretaría de Transporte de la Nación. La salida de Franco Mogetta, que se venía cocinando en silencio, marca un nuevo reacomodamiento en el Gabinete de Javier Milei, cruzado por internas y reconfiguraciones bajo la influencia cada vez más notoria de actores como el propio Caputo y su primo, Santiago.
Pierrini, un desconocido para el ojo público pero con un largo recorrido en el mundo de los seguros, asume el rol con respaldo político y técnico. Es presidente y CEO de Triunfo Seguros, una firma familiar con base en Mendoza y presencia en múltiples provincias. Su perfil dista del de un burócrata clásico: es ejecutivo, austero en lo mediático y bien conectado con el entramado empresarial. Pero su cercanía con Caputo es, sin rodeos, la clave de su nombramiento.
Más que un reemplazo, el arribo de Pierrini representa un viraje conceptual. Sturzenegger, el artífice ideológico que desde el Ministerio de Desregulación busca dinamitar estructuras heredadas, habría encontrado en Pierrini una figura alineada a su cruzada. Los tiempos no son casuales: se anticipa la disolución de la CNRT y la fusión de organismos vinculados al transporte aerocomercial. Una reforma profunda que exigirá muñeca política y capacidad de ejecución. Caputo puso a un hombre propio en la trinchera.
Mogetta, que llegó al cargo en diciembre con apoyo de sectores del mileísmo cordobés, quedó desdibujado en los últimos meses. Su salida fue comunicada oficialmente, aunque off the record se supo que fue empujada por el entorno de Santiago Caputo, el operador silencioso de Casa Rosada. Aceptó con gesto protocolar, pidió tiempo para despedirse de su equipo y dejó abierta la chance de candidatearse por La Libertad Avanza en futuras elecciones legislativas. Es decir, no se va por la puerta de atrás, pero ciertamente no se queda en el centro del poder real.
El currículum de Pierrini no es menor: también preside Reaseguradores Argentinos y es miembro activo del ICMIF, una federación global de aseguradoras cooperativas. En la interna mendocina, su nombre aparece vinculado a la Bolsa de Comercio y al club Independiente Rivadavia, donde es vicepresidente, en dupla con Daniel Vila. Además, en los últimos meses compró acciones del diario La Capital de Rosario, ampliando su presencia en medios regionales. No es un improvisado: es una ficha cuidadosamente colocada.
Su llegada despierta señales en varios sentidos. Por un lado, será el encargado de enfrentar la medida de fuerza que la UTA convocó para el 6 de mayo, un paro nacional de colectivos producto del naufragio de paritarias. Por otro, se espera que impulse una gestión con lógica privada, en línea con la filosofía libertaria del oficialismo, pero con los matices que impone la realidad institucional del Área Metropolitana y el complejo federalismo del transporte argentino.
Puertas adentro, el desplazamiento de Mogetta deja expuesta la fragilidad de ciertos funcionarios que no logran consolidarse en un Gabinete donde todo cambia de un día para otro. Hacia afuera, muestra que Luis Caputo no solo maneja los hilos de la economía, sino que avanza sobre territorios estratégicos. El mensaje está claro: quienes gestionen recursos o estructuras financieras —aunque sean de transporte— deberán responder a Economía.
En redes sociales, Caputo bendijo a Mogetta públicamente, aunque sin disimular que la movida tiene horizonte electoral. Según el ministro, el ahora exfuncionario deja el cargo para concentrarse en una eventual candidatura por LLA. Traducido: se lo corre sin romper puentes, pero se lo reemplaza con alguien más alineado a los intereses del núcleo duro caputista.
Lo que viene será un test para Pierrini y, por detrás, para Caputo. La Secretaría de Transporte es una caja, una red de subsidios, una trama de engranajes técnicos y acuerdos con provincias. Su reconfiguración exigirá no solo eficiencia operativa, sino capacidad de negociación con sindicatos, gobernadores y empresas prestadoras. Y todo en un contexto de ajuste, conflictividad social emergente y necesidad de mostrar resultados visibles en poco tiempo.
El tablero se mueve. Y mientras Milei suma nombres que le son funcionales, Caputo, con su estilo pulido, sigue acumulando poder, pieza por pieza. La designación de Pierrini no es una anécdota, es una señal de cómo se va reconfigurando el verdadero centro de gravedad en el Gobierno.