La implementación del autodespacho de combustibles en Argentina provoca incertidumbre en el empleo y la regulación del sector. La CECHA advierte sobre la posible reubicación del personal y la necesidad de normas claras para garantizar la seguridad. Opiniones divididas surgen entre consumidores y empresarios sobre su viabilidad y costos.
Impacto del autodespacho de combustibles en la región
Polémica e incertidumbre: la reestructuración del mercado de combustibles
El reciente impulso hacia la implementación del autodespacho de combustibles en Argentina ha generado reacciones mixtas en el sector. Desde la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA) advierten que esta tendencia podría tener efectos significativos en el empleo, la regulación del mercado e, incluso, en la seguridad operativa de las estaciones de servicio. Las voces de alerta señalan cómo una falta de regulación adecuada podría agravar la situación actual.
Gabriel Bornoroni, presidente de CECHA, subrayó que el principal problema radica en la desregulación del mercado: “Lo que está sucediendo no es resultado del autodespacho en sí, sino de la falta de control y supervisión en estas prácticas. Esto puede derivar en una reubicación del personal que inevitablemente impacta en los trabajadores”. Según Bornoroni, las estaciones de servicio tradicionales ya vienen enfrentando desafíos económicos, y sumar un modelo disruptivo sin una estructura regulatoria clara podría acentuar estas problemáticas.
Reubicación del personal: un desafío laboral inevitable
Uno de los efectos inmediatos que señala CECHA es la “reubicación de personal”. Si bien Bornoroni aclara que no necesariamente se trataría de despidos masivos, el impacto en el ámbito laboral resulta innegable. En una industria que emplea a decenas de miles de personas en toda la Argentina, cualquier cambio estructural puede generar incertidumbre.
Si la modalidad de autodespacho se extiende, muchas estaciones de servicio podrían optar por reducir la cantidad de empleados en atención al cliente y concentrar el personal en tareas de mantenimiento, limpieza o supervisión técnica. Para los trabajadores actuales, acostumbrados a sus roles tradicionales, esta transición no necesariamente facilitará la adaptación y podría crear tensiones con los sindicatos.
Una práctica común en otros países, pero bajo estricta regulación
A nivel internacional, el autodespacho es una práctica habitual, principalmente en Europa y Norteamérica, donde los conductores realizan la carga de combustible personalmente. Sin embargo, estas regiones cuentan con regulaciones claras para garantizar la seguridad operativa y los derechos de los consumidores. Además, en muchos casos, esta modalidad convive con estaciones de servicio tradicionales, lo que minimiza su impacto negativo en el mercado laboral.
En Argentina, el temor desde los sindicatos y CECHA está vinculado a que la transición no sea ordenada. Bornoroni advirtió que “sin una normativa que establezca reglas claras, muchas estaciones pueden adoptar prácticas que reduzcan costos, pero sin garantizar la seguridad o los estándares de calidad”.
Opiniones divididas entre los consumidores y empresarios
Entre los usuarios, la implementación del autodespacho también divide opiniones. Algunos usuarios ven con buenos ojos la posibilidad de cargar combustible personalmente, ya que podría ser más rápido y evitaría interacciones innecesarias en contexto de pandemia. Sin embargo, otros consumidores, acostumbrados a recibir atención personalizada, expresan dudas respecto a la practicidad de estas estaciones y a las implicancias de manejar equipos potencialmente peligrosos sin supervisión directa.
Por otro lado, algunos empresarios consideran esta modalidad como una oportunidad para reducir costos operativos. No obstante, muchos operadores pequeños de estaciones de servicio temen no poder competir con grandes cadenas que cuenten con recursos para implementar estaciones de autodespacho tecnológicamente avanzadas. Este desequilibrio podría provocar un fenómeno de concentración del mercado en grandes compañías, lo que afectaría de manera directa a pequeños comerciantes.
Perspectivas en la región de La Plata
En La Plata y sus alrededores, donde operan decenas de estaciones de servicio de diversa capacidad, las opiniones también son dispares. Juan Manuel Garay, titular de una estación en la zona norte de la ciudad, expresó su preocupación: “Adaptar estaciones pequeñas como la nuestra al modelo de autodespacho podría ser económicamente inviable. Además, nuestros clientes suelen preferir el trato humano, algo que se perdería con una máquina”.
La implementación de este sistema podría significar una reducción de trabajadores en la región o, como mencionó Garay, un incremento de costos que muchos pequeños empresarios no podrían asumir. Por el momento, no se han emitido reglamentaciones locales que establezcan lineamientos específicos, dejando el asunto en manos de cada empresario.
Un futuro incierto bajo un panorama de cambios
El debate por el autodespacho de combustibles parece estar apenas comenzando, planteando interrogantes sobre el panorama laboral, la seguridad y la competencia en el mercado de combustibles de la región. Desde CECHA mantienen su postura firme en la necesidad urgente de establecer marcos regulatorios que prioricen tanto los derechos de los trabajadores como la seguridad de los usuarios.
En medio de este escenario disruptivo, las estaciones de servicio y sus trabajadores observan con atención los próximos pasos del Gobierno y las decisiones que marcas y empresarios tomen. La disyuntiva entre la modernización y la protección de fuentes de trabajo sigue siendo el epicentro del debate.
Fuente: Diario El Día de La Plata. www.eldia.com