En la Legislatura bonaerense, kirchnerismo y PJ acordaron extender los plazos electorales, facilitando el cumplimiento de la Junta Electoral. Esta decisión, impulsada por Kicillof, refleja tensiones internas en el peronismo mientras se preparan para las elecciones de 2025, ajustando estrategias y liderazgos en un contexto político complejo.
Acuerdo en la Legislatura bonaerense para extender los plazos electorales: concesiones, tensiones y estrategia
El kirchnerismo, los intendentes del PJ y sectores de la oposición acordaron en la Legislatura bonaerense avanzar con la extensión de los plazos del calendario electoral, como pedía la Junta Electoral provincial y el propio Axel Kicillof. La modificación incluye ampliar a 50 días el cierre de listas y dar 30 días para la oficialización de boletas —por ahora, sin resistencia visible del cristinismo. La movida, que suelta amarras logísticas pero también políticas, aparece justo cuando recrudecen internas dentro del peronismo bonaerense, con Kicillof y Cristina Kirchner en una sorda pero evidente disputa de poder.
La iniciativa fue discutida, casi con formalidad institucional, este lunes en reuniones entre los presidentes de ambas cámaras, Verónica Magario y Alexis Guerrera, y los jefes de bloque de Unión por la Patria, Teresa García y Facundo Tignanelli. También alinearon criterios las jefaturas del resto de las bancadas del Senado, incluidos los legisladores más cercanos a la exmandataria. La demanda legal de la Junta Electoral terminó funcionando como facilitador para una definición política: todos coincidieron en que los plazos actuales eran impracticables. Pero la sincronización discursiva entre ambas terminales del PJ bonaerense no elimina el trasfondo: la tensión interna sigue viva, y esta negociación evidencia quién tiene el control real del aparato institucional de la provincia.
“Se juntaron y hay acuerdo para hacer lo que pide la Junta”, dijo sin vueltas un senador peronista. Desde ese espacio explican que la implementación se dará en cuestión de días y aún se discute si el impulso formal lo tomará el Ejecutivo o el Senado. La singularidad del trámite es que ahora también el sector de Teresa García avala los cambios, aunque hasta hace semanas atrás se mostraba reticente a concederle al gobernador un reordenamiento de fechas que podría beneficiar su armado de poder. Las dificultades operativas que alegó la Junta Electoral resultaron finalmente el argumento que permitió descomprimir la puja.
En paralelo, un grupo de legisladores del bloque bautizado como Unión, Renovación y Fe —que reúne a exaliados libertarios enfrentados con Javier Milei— presentó su propio proyecto con idéntico contenido: adaptar el calendario electoral a los tiempos solicitados por la Junta, que preside la titular de la Corte bonaerense, Hilda Kogan. La iniciativa, firmada por cuatro diputados, replicará bancada en el Senado desde esta semana, un dato que no pasó desapercibido en el oficialismo, donde algunos especulan con una estrategia conjunta para generar consenso entre sectores anteriormente enfrentados. El mismo bloque busca despegarse del ala “mileísta” pura, una señal también dirigida al tablero político nacional.
Mientras tanto, la Legislatura se prepara para otra sesión caliente. Mañana, en Diputados, se votará una condonación de deudas municipales por $7900 millones, vinculadas a los fondos Covid y de asignaciones extraordinarias. El proyecto inquieta hasta al Ejecutivo provincial, que dejó trascender su incomodidad en voz del ministro de Gobierno, Carlos Bianco. El funcionario aseguró que la propuesta no fue coordinada con el gobernador, y apuntó contra la falta de aprobación del presupuesto, que según defendió, habría evitado este conflicto. La declaración buscó marcar distancia, pero también dejó al descubierto la fragmentación del oficialismo en el manejo legislativo.
Detrás de las modificaciones al cronograma hay más que una cuestión técnica. Servirán para recalibrar los plazos con los que cada sector del peronismo y de la oposición podrá construir o reconfigurar sus candidaturas. En el fondo, la dilación o la aceleración de fechas puede trastocar el equilibrio de poder en municipios clave, alterar negociaciones subterráneas y poner en juego liderazgos que hoy se sostienen sobre pactos inestables. Kicillof, con esta jugada, gana tiempo para consolidar su armado y debilita resistencia interna, mientras el sector de CFK, si bien cedió, dejó claro que aún retiene capacidad de negociación en la Legislatura.
Las elecciones de 2025 todavía parecen lejanas, pero el reloj ya corre. Las reglas del juego empiezan a definirse y, con ellas, también quiénes se sentarán en la mesa principal del peronismo de cara a los próximos desafíos. Esta pax legislativa podría ser apenas la superficie de un proceso más duro, en el que cada actor buscará blindar su espacio de poder o erosionar el de su adversario, aunque comparta su partido.